Dudas sobre el sistema tributario cubano.

El sistema tributario es el ejercicio que realiza el Estado para obtener contribuciones que garanticen y sostengan las actividades de carácter público.

Aprobada por el Parlamento cubano en julio de 2012 y puesta en vigor en enero del presente año, la Ley 113 del Sistema Tributario es la legislación que establece las normas sobre el pago de impuestos, tasas y contribuciones al Presupuesto del Estado, y prevé la obligación de que todas las personas naturales y jurídicas con capacidad económica liquiden los tributos establecidos, aunque se contemplan regímenes especiales en diversas circunstancias.

Lo cierto es, que a pesar del esfuerzo realizado por los medios, la información disponible en las páginas verdes del directorio telefónico y la explicación que ofrece el personal de las oficinas municipales de la ONAT, aún existen muchas dudas sobre los derechos y deberes de los contribuyentes.

Por lo que una vez más aclaramos que todos los que por una razón u otra acudan a estos centros, tienen el derecho de ser atendidos amablemente, recibir un trato profesional y confidencial, e incluso las personas jurídicas pueden ser representados siempre mediante poder notarial.

En otro orden, resulta primordial cumplir con lo establecido en las regulaciones emitidas por los órganos a los que estén vinculados los asociados a la ONAT y, en caso de fiscalización, es preciso facilitar la documentación necesaria, siempre con la identificación pertinente.

Dentro de las inquietudes existentes y que particularmente atañe a la actividad de los transportistas resalta: ¿cuáles son los procedimientos o normas utilizados por la ONAT para calcular los ingresos?

Según esclarece Francisco Cecilia Pérez, jefe del departamento de Fiscalización de la ONAT, la deuda tributaria se establece fundamentalmente a partir del importe -por ingresos obtenidos- que el contribuyente deja de declarar, la propia declaración jurada y otros elementos.

Estos análisis, concreta Francisco Cecilia Pérez, se basan en estudios concretos y acciones personalizadas en determinados depositarios y a los que se les tiene en cuenta: la frecuencia de la ejecución de la actividad, los precios, los niveles de gastos autorizados y el propio contendido de la declaración jurada. De ahí la importancia de declarar los ingresos reales.