sábado, 7 de diciembre de 2013

Formación de valores: tarea de todos.

Por estos tiempos Cuba se mantiene sumergida en un profundo proceso de transformaciones económicas y sociales para garantizar la continuidad e irreversibilidad del Socialismo, el desarrollo económico del país y la elevación del nivel de vida de la población, conjugados con la necesaria formación de valores éticos y políticos de nuestros ciudadanos.


Precisamente, el combate a las indisciplinas sociales resulta uno de los elementos fundamentales de esta batalla por todo lo que implica.

Al aludir a este aspecto, es inevitable referirse a los valores, pues logran traducirse en pensamientos, conceptos o ideas, pero fundamentalmente en el comportamiento. Además, se relacionan con las necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones.

Y como parte constitutiva de la cultura de las personas, estos, se conforman de acuerdo a las condiciones y particularidades culturales e históricas de los pueblos. Por tanto, es su deber cultivarlos y rectificarlos.

Ciertamente, y así lo consideran investigadores del tema, generaciones de cubanos se han visto influenciados por los impactos negativos del embargo económico impuesto por el gobierno de Estados Unidos y los efectos del periodo especial. Cuestiones, que han obstaculizado la construcción integral de la personalidad del hombre.

No obstante, educar desde la axiología a las nuevas descendencias deviene en tarea de primer orden para la familia cubana, las instituciones escolares, la comunidad y la sociedad en general.

Imprescindible entonces, entender que la educación y formación de valores se inicia sobre la base del ejemplo, pero es necesario no reducirlo solamente a su parte positiva, pues es este, un proceso gradual donde es preciso desarrollarlos, afianzarlos y potenciarlos en los diferentes momentos de la vida, según las necesidades localizadas en el crecimiento de cada ser.

De modo que, los valores constituyen un complejo y multifacético fenómeno relacionado con todas las esferas de la existencia humana, y vinculados directamente al mundo social, la historia, la subjetividad de las personas y las instituciones.

Y como principales protagonistas de nuestro propio desarrollo urge atender, la educación en correspondencia con los valores que sustenta nuestra sociedad. Teniendo en cuenta lógicamente, que somos hijos de una nación que inscribió para siempre en su bandera al ser humano, como lo primero y más importante.

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